Filosofía de la vida. Enfermos/cuidadores
“Para la mente humana, lo cierto es y será siempre penúltimo, y lo último es y será siempre incierto” (Pedro Laín Entralgo)
¿Cuál es tu «filosofía de la vida»? Por “filosofía de la vida” entendemos el modo de vivir, de darle sentido a la vida que cada uno vive. Qué te guía a la hora de tomar tus decisiones, a la hora de entablar relaciones con otros, a la hora de concretar tus actividades. Cómo afrontas la “empresa de vivir”, la “empresa de ser humano” (en palabras de Laín Entralgo).
La filosofía de la vida entronca con el sentido y con el sinsentido de lo que hacemos. Con cómo interpretamos lo que nos sucede y cómo proyectamos nuestras actuaciones y deliberamos sobre lo que tenemos que hacer. Tiene mucho que ver con la “antropología” de la que se habla en la sección paralela a esta para –profesionales–.
Si al final de nuestros días nos concedieran el deseo de poder ver la película de nuestra vida podríamos trazar varias gráficas que reflejaran “nuestra historia”, nuestra trayectoria, según aquello que tuviéramos en cuenta (perspectiva):
» Vitalidad (funcionalidad) / tiempo. Una gráfica “clásica” de nuestra trayectoria, una perspectiva de nuestra historia, sería la que relacionara nuestra vitalidad, nuestra funcionalidad, la capacidad de vivir “dándolo por hecho”, sin pesadumbres o achaques.
En una “versión ideal”, tras la etapa inicial del desarrollo adquiriríamos una máxima funcionalidad viviendo (juventud, adultez). Esperaríamos tener los menores dientes de sierra o descensos provocados por eventuales enfermedades puntuales (agudas) o accidentes que idealmente superaríamos, volviendo a nuestra funcionalidad anterior, hasta que tuviéramos alguna enfermedad crónica que fuese disminuyendo nuestra funcionalidad con más o menos pendiente, según su gravedad, con eventuales amenazas puntuales (reagudizaciones), que si superamos nos llevarían a una edad avanzada (envejecimiento) con un nivel de funcionalidad resultado de los achaques acumulados, la eventual dependencia en algunas actividades de la vida diaria, hasta la eventual pérdida total que representa la muerte.
Ver en la sección de –Profesionales- la utilidad de «Trayectorias de Enfermedad«.
Desde el punto de vista antropológico, nuestra mortalidad sigue el proceso del deterioro de nuestro cuerpo con la historia del nacer, depender de otros mientras nos desarrollamos hacia nuestra plenitud funcional, vivir sano, enfermar, recuperarse, enfermar progresivamente intentando atemperar los efectos de la enfermedad, envejecer, eventualmente depender de otros para que nos cuiden, morir. En ese proceso tenemos un contexto social y una estructura de cuidados que nos ayudará a afrontar mejor o peor estos desafíos y buscamos en los profesionales de la salud que nos ayuden a modificar el curso de las enfermedades que nos aquejen, librándonos de ellas idealmente, evitando en la medida de lo posible que afecten a nuestra funcionalidad o, en el peor de los casos, que nos alivien nuestro padecimiento y nos acompañen. Ver en la sección de –Profesionales- la sección sobre los –fines de la medicina- en la presentación titulada «Trayectorias de Enfermedad«.
Sin duda al ver reconstruida toda la gráfica de nuestra vida en relación con la funcionalidad podemos identificar “momentos críticos”, puntos de inflexión, acontecimientos que provocaron un cambio de la “calidad” de nuestra funcionalidad. Si la vida nos ha puesto a prueba, puede que veamos acortado el “tiempo esperado” de vida (la expectativa) o que hayamos tenido problemas considerables que hayan comprometido la funcionalidad.
En cuanto al final, ver la trayectoria vital en perspectiva nos permite adivinar si era “esperable” o “imprevisto”. Cada uno tenemos un cierto “ideal” de cómo querríamos despedirnos de este mundo. Esto también tiene que ver con la filosofía de la vida. Cómo nos gustaría que fuera nuestro último capítulo.
Ver en la sección de –Profesionales– la sección sobre “KAYRÓS Y THÁNATOS”.
» Disfrute (calidad) / tiempo. Otra gráfica, distinta a la de la “funcionalidad/tiempo”, es la que podría reflejar la intensidad con que la hemos disfrutado de la vida en relación con el tiempo en el que la hemos ido viviendo. La calidad de lo que hemos vivido mientras lo vivíamos. Calidad que, probablemente irá acomodando o fluctuando su significado a lo largo de nuestra vida. Entendida a veces como capacidad de hacer cosas y otras como capacidad de paladear lo que hacemos sea mucho o poco.
Desde esta perspectiva habrá coincidencias con la gráfica de la funcionalidad, especialmente en los “hitos” o “momentos críticos”, pero podremos observar también fenómenos curiosos en relación con las pruebas a las que nos somete la vida. Puede que en momentos críticos de “enfermedad” (con menor “funcionalidad” se produzcan experiencias de calidad y sentido mayores que en otros momentos teóricamente más plenos).
Esto es lo que caracteriza al ser humano y que ya asombró a Sófocles según expresó en Antígona: el ser humano es “lo más maravilloso -y lo más terrible- del mundo”.
PARA PENSAR:
En el vídeo de introducción se utiliza la “analogía de la vida como un río”.
En la siguiente presentación puedes ver algunas reflexiones sobre esta idea. ¿Te parece que puede ayudar a entender la vida como una gráfica funcionalidad / tiempo? Comparte tus opiniones.
Otra imagen o analogía que puede complementar esta idea del recorrido de la vida es la de un día-noche y la luz y la calidez.
En la siguiente presentación puedes ver algunas reflexiones sobre esta idea. ¿Te parece que puede ayudar a entender la vida como una gráfica calidad (disfrute) / tiempo la idea de luz – calidez venida de fuera (el sol) y generada por nosotros? Comparte tus opiniones.